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Posts Tagged ‘glendalough’

La semana que viene se cumplirá un mes de mi vuelta a Dublín y parece mentira lo rápido que se me está pasando este mes. Pese a mis largas ausencias blogueras, tengo en mente siempre actualizar y como dije en la entrada anterior, hoy hablaré de los pueblos y lugares que hemos visitado en Irlanda aparte de Dublín.

Torre de GlendaloughLa primera excursión fuera de la ciudad la hicimos el primer fin de semana. No teníamos muy claro dónde ir ni qué hacer exactamente, así que al final optamos por ir a ver los lagos de Wicklow y la ciudad de Glendalough. Ese día nos tocó madrugar un poco, pero mereció la pena. Contratamos un tour para todo el día por 17 euros en la oficina de turismo, precio que nos pareció razonable. Así que a las 9 de la mañana estabamos en el sitio que nos indicaron para empezar la excursión. Hicimos una primera parada en algo que ellos llaman centro de paz y reconciliación, que es una especie de pequeña aldea vieja con un bar donde sirven unos cafés y chocolates calientes bastante buenos. Eso lo sabe sobretodo una amiga nuestra que se lo vertió todo encima de su jersey blanco y al limpiarselo con una servilleta roja, también quedó con ese color la mancha, haciéndola más interesante para quitarla posteriormente. Tras este pequeño percance, llegamos a los lagos, donde yo me quedé sin pilas en la cámara. La verdad es que tuvimos suerte porque no había niebla y pudimos ver todo. Tras esto, partimos hacia Glendalough, ciudad celta en la que hay una torre inmensa y muchas tumbas por cierto. Cuando terminamos esta visita guiada, fuimos a comer al pueblo de Avoca. Aquí comenzó la anécdota del viaje. Después de que alguna gente pidiera su comida (sé de uno al que el fish & chips no le gustó mucho, por precio y sabor) salimos a un parque a sentarnos en el césped. Allí habia unos típicos niños irlandeses gordos junto con otros no tan gordos pero igual de «majos» que empezaron a tirarnos una especie de caramelos con tirachinas. Empezaron a ponerse pesaditos y fuimos a ver si se les quitaba tanta tontería. Pues bien, uno de ellos empezó a darnos patadas y otro a bacilarnos. Luego llego una chica a la que yo bauticé como «La Jessy de Avoca» que empezo a decir que nos fueramos de su pueblo y que iba a llamar a su padre. Cuando llegó la hora de irse, nos siguieron hasta el autobús y cuando subimos nos regalaron un calvo y varios gestos que no voy a describir ahora. Si vais a Avoca, preguntad por los niños que pasaréis un buen rato. Y así tras este intenso día volvimos a Dublín.

La siguiente semana fuimos a varios pueblos que hay cerca de Dublín aprovechando que teniamos el DART (algo así como el cercanías de Madrid, pero que viaja a pueblos más pintorescos). Así, el primer dia fuimos a Bray donde algunos que fueron más valientes que yo se bañaron en la playa en un día que hacía bastante frio. Después subimos a una especie de montaña que hay allí, desde la cual se veía todo el pueblo y estaba pegando al mar por lo que el paisaje era impresionante.

Bray

Al día siguiente fuimos a Howth, un pueblo que nos pareció bastante bonito, en el que había un paseo hacia el faro que mereció la pena visitar. Debería ser un lugar de gente de clase alta, pues había bastantes tiendas de golf y en el puerto había muchos barcos. La playa también estaba muy bien, pues era de arena y volvimos en el fin de semana para pasar allí el día. Allí tres de nosotros fueron enterrados en un hoyo jeje. Allí también hay unas focas que aparecen de vez en cuando.
Howth

También visitamos el castillo de Malahide, quizá el castillo fue lo de menos esa tarde, ya que nos cobraron algo como 3 euros por entrar y la visita terminó en 10 minutos ya que solo vimos los dormitorios que estaban en la planta de arriba. Tras sentirnos estafados, nos fuimos a un parque y allí pasamos el rato haciendo el tonto en los columpios como si fuesemos niños pequeños. Creo que fue una de las mejores tardes que pasé allí.

El día de la excursión que más me gustó fue el de los acantilados de Moher. Fue una paliza de viaje, pues en un día estuvimos diez horas en un autobús, pero mereció la pena. Ese día recuerdo que me levante como a las cinco y media de la mañana porque tenía que recoger a una amiga que vivia por casa ya que el autobús que más temprano pasaba era el mío. A las 8 de la mañana salíamos en dirección a Galway, y tras tres horas de viaje y cruzarnos toda la isla, al llegar allí nos comentan que tenemos que contratar un tour de dos horas para llegar a los acantilados. Nos tocó correr un poco y cuando llegamos veintisiete personas dispuestas a subir a un autobús yo creo que al conductor casi le da algo, porque se formó un buen lío para cobrar a la gente. Al final, llegamos hasta allí y tan solo puedo decir que es impresionante. Nunca en mi vida había visto nada igual, estuvimos una hora nada más pero sacamos buenas fotos en ese corto tiempo. Al volver, paramos en un castillo y en otro lugar de la costa oeste irlandesa que no recuerdo como se llamaba, pero que era también bastante bonto. La costa oeste es una de las mejores cosas que tiene Irlanda, de eso estoy seguro. Nos sobró algo de tiempo a la vuelta y estuvimos viendo Galway hasta que salió nuestro autobús de vuelta. Es un pueblo pequeño y su centro está lleno de gente que toca la guitarra y canta o que hace espectáculos de magia o escapismo. Había algunos bastante interesantes.
Acantilados de Moher

El último sitio que voy a comentar es la casa de Bono de U2. Una tarde decidimos ir a Dalkey, que es el pueblo donde Bono y The Edge tienen sus hogares o uno de ellos. Tras caminar mucho llegamos al final a una puerta negra de madera y un muro. No había nada más, así que el resto del tiempo lo pasamos en la playa.

La siguiente entrada será la última y hablaré un poco de los sitios donde ir a tomar una buena pinta de cerveza, que también es importante y obligatorio si uno viaja a Dublín. Espero que esta vez consiga actualizar en menos tiempo.

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