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Posts Tagged ‘o’connell street’

El ritmo de actualizaciones viene siendo lento últimamente pero de vez en cuando sigo teniendo un hueco para el blog. El artículo de hoy pretende hacer una descripción de los lugares más emblemáticos que he visitado en el centro de Dublín.

Los primeros días de nuestra estancia en la capital irlandesa los pasamos conociendo la ciudad y visitando todo aquello que fuese interesante que no estuviese demasiado lejos del centro. Por ello, el primer día, tras las clases nos dirigimos al centro comercial de St. Sthepens Green, el cual está situado en un edificio que tiene un diseño bastante singular. Todo él es blanco, y predomina la estructura metálica del mismo color con un reloj de aguja gigante en el centro del patio. Allí puedes encontrar una gran diversidad de tiendas donde comprar de todo. Después nos dirigimos al parque del mismo nombre donde estuvimos dando un pequeño paseo y en el que hay una especie de exposición permanente sobre la naturaleza típica de otros países. Cuando salimos del parque, nos dirigimos hacia Grafton Street, donde también estaba situada nuestra escuela y lugar por excelencia de las más importantes tiendas de la ciudad (algo así como la Gran Vía o la calle Preciados en Madrid). Lo que me llamó la atención es la existencia de dos McDonalds o dos Burguer King en la misma calle, parece ser que la gente acude en masa a estos sitios.

St. Stephens Green Shop Centre

Si subimos la calle de Grafton nos encontramos al final con la estatua de Molly Mallone, que es la protagonista de una canción tradicional irlandesa. La historia cuenta que esta mujer vendía pescado todos los días en el puerto de Dublín y por lo visto era muy conocida por su belleza. La leyenda también habla de que necesitaba prostituirse para sacar adelante a su familia. Esta estatua no para de recibir visitas y fotos de todos los turistas que acuden, además era el sitio donde solíamos quedar para salir por la noche (para nosotros conocido como «Las Tetas»).

The SpireJusto en frente nos encontramos con el Trinity College, la antigua universidad de Dublín, de la que pudimos ver su patio, pero no su biblioteca por razones de tiempo. Si continuamos andando, llegamos al Banco de Irlanda, otro edificio emblemático del centro que tampoco pudimos ver interiormente. Más arriba, está O’Connell Street, calle en la cual paran un montón de autobuses y por cuyo puente pasa el rio Liffey. Al final de dicha calle se encuentra el Spire (o el Pincho para nosotros), un cono de acero gigante que con sus 120 metros de altura le deja a uno bastante impresionado.

Trinity College

El segundo día hicimos un recorrido por el Dublín medieval, con su catedral en obras de restauración en este momento, y su gran cantidad de iglesias (yo creo que es la ciudad con más iglesias por metro cuadrado). En una de ellas había un césped y la tarde se ponía lo suficientemente apetecible para tirarse un rato. De esta parte destaca la Christ Church o la exposición de Dublinia.

Uno de los primeros días de la semana cubrimos otro punto obligado para cualquier turista que vaya a Dublín: visitar la Guinness Storehouse. La entrada no es barata, son 11 euros con carnet de estudiante y te invitan a una pinta. La exposición en mi opinión no es demasiado interesante, son siete plantas en las que te cuentan cómo hacen la cerveza y de donde sacan los ingredientes, pero me da a mi que en la fabricación real no todo es tan maravilloso como parece. También hay una parte de degustación para que antes de llegar al final del recorrido, puedas decidir si te gusta la cerveza negra o no en el caso de no haberla probado nunca. Más de uno se tomó más de un vasito y continuamos nuestra marcha hasta llegar arriba, donde en la penúltima planta dejamos nuestro paso por allí inmortalizado en una tarjeta con nuestras firmas y tras esto, nos tomamos nuestra pinta disfrutando de las excelentes vistas de la ciudad que se pueden ver desde lo alto del edificio. Eso si, logramos esquivar las cámaras de seguridad y nos llevamos nuestro vaso de recuerdo a casita.

Otro punto de obligada visita es Phoenix Park, el parque urbano más grande de Europa (y probablemente uno de loos más grandes del mundo) en el que uno puede pasear, tirarse en el césped o alquilar unas bicicletas y pasar un buen dia tranquilo siempre que el tiempo lo permita. En él se encuentra la casa del primer ministro irlandés y la embajada de Estados Unidos. También hay pistas de polo en las que pudimos ver un partido que se estaba jugando en ese momento.

Wellington monument en Phoenix Park

En Dublín también hay una gran cantidad de museos, aunque quizá no sea lo más interesante de todo. Aun así, siempre se puede visitar el museo arqueológico o el museo de historia. Tampoco puedo hablar mucho más de esta parte porque no nos dió mucho tiempo a visitarlos. Otro lugar interesante según me contaron unos amigos es el Jardín Botánico.

Por último, no quería terminar sin hablar de uno de los lugares que no habíamos pensado ver y que más me ha sorprendido. Se trata de Kilmainham Gaol, la vieja cárcel donde estuvieron aprisionados y fueron ejecutados los principales lideres del movimiento de independencia de Irlanda a principios del siglo XX. Es un lugar que te sobrecoge, sobretodo si piensas la cantidad de sufrimiento que pudo haber allí, y que a Iker Jiménez le daría para cuatro programas. Podías incluso entrar en una celda y cerrar la puerta. El guía nos contó historias terribles de torturas que sufría la gente que fue encarcelada allí, recuerdo una en la que le dispararon a un preso en una pierna, lo tuvieron tres días con vida en ese estado y después lo fusilaron, para más tarde poner la pierna como comida al resto de sus compañeros.

La vieja carcel

Hasta aquí la entrada de hoy, espero que sea de utilidad si tienes pensado viajar a Dublín y si ya has estado, pues que te sirva para recordar aquellos lugares que visitaste. Acepto comentarios y modificaciones si me he equivocado en algo. En el siguiente artículo haré un repaso por las zonas que hemos visitado fuera de la ciudad.

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